Normas de composición en diseño gráfico

Una vez conocidos los elementos básicos en el diseño gráfico, vamos a ver qué normas gráficas nos van a ayudar a que nuestra composición sea más eficiente y funcione en términos técnicos y estéticos.

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Para componer un producto gráfico necesitamos conocer las normas básicas de composición. Si hacemos que nuestro diseño cumpla estos puntos, conseguiremos que funcione ya que será legible, fácil de comprender y visualmente atractivo.

1. Énfasis y jerarquía visual

También llamado punto focal, es la norma que indica cuáles son los elementos del diseño que destacan más por encima de otros y por qué. Se utiliza para jerarquizar la composición y dar mayor valor a algunos elementos y por tanto, menor valor a otros, siempre con la intención de que el espectador visualice el producto gráfico de una manera ordenada y clara. Así podremos hacer que vea de manera progresiva los elementos según su importancia.

La jerarquía de elementos viene determinada por su importancia a la hora de transmitir lo que el producto gráfico necesita. Para hacerlo recurrimos al énfasis, aportando a los elementos un color, tamaño o posición que determine su importancia en la obra.
En el cartel de «El Día de la Bestia» de Óscar Mariné, vemos como la tipografía Din Condensed combina tres tonos, el negro, blanco y el amarillo para destacar al director. Mientras que la ilustración blanca, por su color, forma y ubicación es lo primero que vemos. Tenemos por tanto, ilustración, nombre de la película, director y resto de textos (éstos por tamaño) como ritmo y jerarquía de elementos del cartel.

Contraste

El contraste es uno de los conceptos que utilizamos para darle énfasis a un elemento. Puede ser de diversas formas como el tamaño o escala, color, posición o estilo. En la imagen anterior, vemos como el texto más grande contrasta por su tamaño, así como el rojo por su color.

Aquí vemos otra forma de contrastar, cambiar un elemento de posición dentro de un patrón o retícula, o de una secuencia de elementos que se repiten.

Por tanto el contraste podemos conseguirlo por tamaño, color y posición/ubicación de los elementos con respecto al resto.

Otra vez el contraste, en este caso por color, hace que un elemento destaque. La ubicación del elemento también puede transmitir diferentes sensaciones.

2. Alineación y equilibrio

La alineación es colocar los elementos con respecto a un eje. Su objetivo es ordenar los elementos, creando una relación entre ellos aportando incluso carácter a la composición. Una composición bien alineada y compuesta nos transmitirá orden, incluso elegancia, mientras que en otra desordenada y con una alineación fallida, nos transmitirá lo contrario.

La alineación hace que los elementos queden ordenados y no floten dispersos por la obra, dando una sensación de mayor profesionalidad. Podemos ver alineaciones más clásicas como a la izquierda, centradas y simétricas, o un poco más arriesgadas como las diagonales. Además en cuanto al texto, las justificadas pueden dar sensación de orden y control.

El equilibrio se refiere a la distribución visual del “peso” de los elementos dentro de un diseño.
El “peso visual” lo generan factores como el tamaño, el color, la textura, la forma o la posición.

El equilibrio se basa en la simetría que es la compensación de elementos en base a un eje. Un elemento no tiene por qué ser igual a otro para compensarse simétricamente, pero sí debe ocupar el espacio visual que ocupa el otro, por lo tanto, dos elementos diferentes pueden ser simétricos.
Por el contrario, la asimetría es cuando uno o varios elementos están en desequilibrio con el resto ya que no se basan en ningún eje y su orden es aleatorio.

Hay tres tipos principalmente, el simétrico que trasmite orden y estabilidad, el asimétrico que es un falso simétrico con elementos de diferente naturaleza (tamaño, color, forma…) enfrentados con respecto a un eje, y el radial que los distribuye en base al centro de un círculo, elipse u óvalo incluso, orbitando como los números de un reloj. También los patrones de repetición se podrían considerar en cierto modo una parte de la simetría ya que se generan repitiendo elementos, normalmente ordenados por ejes.

En esta imagen de Brandemia podemos ver cuatro ejemplos de simetría: 1 y 2. Bilateral o axial (al centro en modo espejo) 3. Traslacional (también bilateral) con elementos iguales que se desplazan sobre un eje, y 4. Rotacional (también bilateral) cuando hay un punto central de rotación de elementos. En este link hay un artículo claro y muy bien desarrollado por Brandemia.
Aquí vemos una composición asimétrica radial con un patrón aleatorio. Los elementos ilustrativos, orbitan alrededor del elemento principal, que es el texto, no solo haciéndolo destacar, sino creando además una armonía visual muy equilibrada, basada en el desorden ordenado.

El equilibrio ayuda a que el diseño sea agradable a la vista y fácil de comprender, evitando que un lado pese más que otro.

En este trabajo, el equilibrio es bilateral asimétrico, con más peso en la izquierda, compensado por los textos inferiores a la derecha, haciendo de contrapeso visual. Colocar elementos en la base del trabajo, hace de «cimientos» y aporta estabilidad a la obra gráfica. Además si tienen colores oscuros, el peso visual se acrecienta ya que estos tonos pesan más que los claros.

En resumen, la alineación aporta orden y estructura, mientras que el equilibrio asegura que ese orden se perciba armonioso y atractivo.

3. Proporción

La proporción es la relación visual que hay entre los elementos y con respecto al documento final. Es decir, el tamaño o peso gráfico que tienen los elementos y su relación, como por ejemplo un título con respecto al subtítulo, párrafo o una imagen. También la proporción es la relación de esos elementos con respecto al espacio en blanco y los márgenes de la obra gráfica.

En este cartel podemos ver una representación del principio de proporción. Forma parte de un grupo de carteles donde la diseñadora Efil Türk representa los principios básicos del diseño gráfico. En este post de La criatura gráfica podéis verlo entero.
En este cartel, la proporción entre los elementos es muy contrastada y aguda. Tenemos un elemento principal enorme, que evidentemente capta nuestra atención siendo el principal foco. Como contraste, los tres elementos menores, primero el punto rojo y luego los dos textos, armonizan dando como resultado una composición proporcionada, simétrica y ordenada. No nos olvidemos del espacio en blanco, que ayuda a que los elementos mayores destaquen, y a esos mínimos márgenes que nos transmiten una sensación de tensión e incluso agobio.

El concepto de proporción no solo se rige por el tamaño como el ejemplo anterior, sino también por la relación de sus elementos en base a su armonía visual. Un ejemplo muy conocido y usado en diseño y arte es la proporción áurea.

Retículas de composición basadas en el rectángulo áureo.
Ejemplo de cómo aplicar la proporción áurea en el diseño de logos.
La retícula del logo de UPS por el genio Paul Rand.

4. Repetición

Por contra de lo que se ve en muchos sitios, el concepto de repetición no se basa en repetir un elemento en un orden determinado. Eso sería un patrón y está bien, pero la repetición en diseño gráfico se refiere a utilizar no los mismos elementos (que también) sino los mismos estilos, colores o formas de composición.

Por ejemplo, si vemos un producto gráfico como un envase, veremos que las fuentes, pudiendo ser dos o tres, se repiten en diferentes partes del trabajo. También pasa con el espacio en blanco o aire, márgenes, colores e incluso grosor de líneas o gesto de las mismas. Es uno de los conceptos más importantes para dar sensación de unidad entre los elementos, aún estando separados en el espacio.

En este bonito trabajo de Heavy, vemos el concepto de repetición. Los textos tienen los mismos estilos tipográficos. Hay varios elementos que rotan a 90º y otros alineados al centro y también a la izquierda. El grosor de las líneas ovaladas es el mismo, así como en las ilustraciones, los huecos internos.
En estos pictogramas vemos como el grosor de línea, las interrupciones en el trazo, los ojos y remates redondeados, así como las esquinas rectas, cumplen el concepto de repetición y dan así la sensación de ser un todo. Quizá el elemento más discordante es el de las manchas de la vaca, ya que no se repite en ningún pictograma más.
Incluso en los logos, debemos poner en práctica la repetición. Las distancias, las serifas, las curvas e incluso la inclinación deben ser iguales. Debemos repetir grosores y estilos de gesto para dar esa sensación de unidad estilística.
Incluso cuando la forma es mínima y los elementos de composición son muy pocos, debemos respetar este concepto para que la unidad se mantenga.

5. Unidad

Derivado del concepto de repetición, o más bien formando parte de éste, la unidad es la que crea la armonía del diseño, haciendo que todos los elementos formen parte de un todo. El conjunto de las partes debe ser visualmente coherente, y para ello hay que dar a cada parte del diseño unas características técnicas comunes.

En este cartel, tenemos el concepto de unidad por la repetición de la tipografía, los colores, la textura y el tipo de ilustración. El fondo también integra todos los elementos bajo un bloque común, pero son los «grupos» de elementos y por su puesto una buena composición general, los que hacen que la armonía visual funcione.
Vamos un paso más allá fijándonos en el espacio en blanco, y en cómo se repite incluso la distancia de separación de las letras entre sí, y con el pan. Al haber un espacio correcto, la sensación que nos transmite es de armonía visual, haciendo que ningún elemento destaque más que otro, o lo que es lo mismo, unidad. Podríamos tener cuatro grandes bloques, el pan de arriba, BURGER, KING, y el pan de abajo. Al estar bien compuestos por separado, tener el mismo color, fuente y espacios negativos, la composición final no tiene fallas.
Incluso cuando vemos la reducción del logo, con solo tres partes, sigue funcionando debido al mismo motivo.

Además, la unidad la podemos definir como bloque de elementos o concepto de compacto. Es decir, un elemento bloque o compacto es aquel que, formando parte de una obra completa, transmite el concepto de unidad por sí solo. Si tenemos elementos de diseño que a su vez son un bloque compacto en sí mismo, será más fácil que luego se integren con el resto de bloques haciendo más armoniosa la obra y facilitándonos la composición. Por el contrario, si un elemento tiene partes inconexas, sub-elementos desordenados y fallas en su composición individual, será mucho más difícil su integración con otras partes de la obra total.

6. Aire o espacio en blanco

7. Simplicidad y pregnancia

Aviso: Este blog tiene contenido creado por mí y con información de diversas fuentes. En él expreso lo que yo conozco y mi opinión sobre algunos temas de diseño gráfico y artes gráficas. Como todo en la vida, puedo estar equivocado o que el lector esté en desacuerdo conmigo, pero es un contenido libre y personal. Siempre que sea con respeto, tus comentarios son bienvenidos. Gracias!

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